Fragmento de “Los Axiomas de Zurich”
Parte 7
AXIOMA MAYOR II
Continuación.... (ver parte 6)
Sí, sin duda, este bonito conjunto de acontecimientos podría continuar hasta
producirle una ganancia colosal. ¡Podría!. Sin embargo,
desde su posición al comienzo
de la racha, lo que necesita hacer, es no tratar de
adivinar el futuro, sino tratar de jugar con los promedios. Los promedios están
abrumadoramente a favor de dejar el juego temprano. Grandes rachas ganadoras hacen noticia y
son comentadas en las fiestas, pero esto se debe a que son muy raras. Las
cortas, y modestas son mucho más comunes.
Siempre invierta a que su racha será corta y
modesta. No deje que le invada
la codicia. Cuando tenga un buen beneficio de dinero en
efectivo guárdelo y aléjese.
De vez en cuando lamentará haber abandonado tan pronto,
ya que la racha ganadora
continuó y a lo mejor estará triste y taciturno por el
dinero que dejó de ganar. Y, en
retrospectiva, su decisión de dejar el juego en aquel
momento se verá mal. Esta
experiencia deprimente le sucede a cada especulador de
vez en cuando, y no voy a
tratar de minimizarla. Puede que hasta le haga llorar.
Pero ánimo. Por cada una o dos
decisiones de salir temprano del juego que resultaron
desagradables, habrá por lo
menos una o dos docenas en que todo estará bien, y a
largo plazo hará más dinero
controlando su avaricia. El Segundo Axioma dice, siempre
tome sus beneficios lo mas
pronto, ¿Por qué "lo mas pronto"? ¿Qué
significa esta pequeña y desconcertante
frase? Se refiere a la necesidad de asegurar sus
beneficios antes de que una racha
ganadora haya llegado a su pico. No tratar de exprimirle
hasta el último dólar posible a
aquella racha. Esto rara vez funciona. No se preocupe por
la posibilidad de que la racha
aún tenga un largo camino por recorrer.
Lo puede
lamentar. Dado que usted no puede ver el pico, debe asumir que está cerca. Así que tome sus
beneficios y sálgase. Es como escalar una montaña en una noche negra, llena de
niebla. La visibilidad es
cero. Arriba y por delante de usted en algún lugar está
el pico, y hacia el otro lado es
un enorme abismo que lo puede llevar al desastre. Usted
quiere subir lo mas alto
posible. Idealmente, le gustaría llegar hasta el pico y
pararse exactamente allí. Pero
sabe que "idealmente" no sucede a menudo en la
vida real, y usted no será lo
suficientemente ingenuo como para pensar que sí va a
pasar ahora. Por lo tanto, el
único curso sensato es poner fin a la escalada cuando se
ha llegado a lo que se
considera una buena altura. Aunque falte mucho para el
pico y usted paró demasiado
pronto. Claro, cuando se borra la niebla y el sol
aparece, puede encontrar que tiene
recorrido menos de la mitad de camino a la cima, podría
haber subido mucho más
lejos, pero no lo lamenta. No habrá recorrido todo el
camino, pero está bastante
arriba. Ha obtenido una buena ganancia. Lo que es más, no
solo obtuvo su ganancia
sino que la ha mantenido. Usted hizo un buen negocio
mejor que todos aquellos que
llegaron ciegamente a la cima y se cayeron por el otro
lado.
Esto le sucedió a
muchos especuladores de bienes raíces en la década de 1980.
Como un ejemplo, conozcan la triste historia de Alice y
Harry, una pareja de
Connecticut. Me contaron su experiencia, porque se podía
aprender mucho de ella. Lo
que duele, enseña. Ellos querían explorar sus nuevos
conocimientos. Prometí no
revelar sus identidades. Alice y Harry no son sus nombres
reales. Se trata de una pareja
casada de cuarenta años, los dos atractivos, brillantes,
y codiciosos. Ambos tenían
empleos bien pagos. La suma de sus ingresos, les permitía
un estilo de vida, y
condiciones sociales que los ubicaban en algún lugar en
el borde inferior de la clase
media superior. Tienen dos hijos en la universidad. Al
igual que muchos de medianos
ingresos a finales del siglo XX, han mantenido siempre
una lucha por vivir con sus
ingresos.
No han sido capaces de ahorrar mucho para
invertir, y lo que han invertido
ha estado principalmente en cuentas bancarias, seguros de
vida, ahorros y otros
depósitos similares. Su única buena especulación ha sido
su hogar familiar. A principios del decenio de 1970 se mudaron al rico condado
de Fairfield Connecticut y compraron una casa que estiró sus capacidades financieras
hasta el límite. Esta fue una decisión deliberada. Después de cultivar durante años un
sentimiento de pobreza, estaban empezando a desarrollar una conciencia acorde con
el Primer Axioma. Ahora
entendían que no habían estado arriesgando suficiente.
Como muchas personas de
clase media, adquirieron su casa con doble propósito: No
sólo como un lugar para vivir,
sino también una forma de lograr engrandecer su capital.
Su inversión les resultó
excelente. Los inmuebles en el Condado Fairfield
aumentaron espectacularmente en el
decenio de 1970 (aunque no tanto como en algunos otros
lugares como California o el
condado Marin o Dade en la Florida).
A principios de la
década de 1980, Harry y Alice, haciendo una estimación conservadora, imaginaron que el
valor de mercado de su casa era algo así como dos y medio a tres veces más de lo
que habían pagado por ella hacía menos de diez años. ¡Ha llegado el momento de
vender! ¡Los niños crecieron y
se han ido! Alice y Harry ya no necesitaban una casa tan
grande. De hecho, ambos
estaban saturados con la vida suburbana y la obligación
de la vivienda. Ellos querían
pasar a un lugar más pequeño, y más fácil, tal vez
alquilar un apartamento. El
crecimiento saludable del capital por el aumento del
valor de su hogar, hacía la idea de
vender aún más atractiva. Tenían una buena ganancia. El
valor de mercado de su casa
se había multiplicado por tres, pero debido al
apalancamiento otorgado por su
hipoteca (un efecto exactamente igual al de la compra de
acciones o de futuros sobre
el margen), ellos disponían de más de seis veces el valor
del capital invertido en la
empresa.